jueves, 10 de marzo de 2011

Momento último.


¿Sientes, Señora mía amada, en este instante de las trompetas
                                                                                           del adiós,
cómo la magnolia cobra un matiz espantoso
y viene toda la tristeza del mundo a ponérseme en el pubis ?
¿Notas cómo la caída del verano sobre las islas
y sobre las corrientes del mar que había sido limpio me arrincona
                                                                                           con fuerza
y desfigura el jilguero, oh Señora mía dejada?
¿Aprecias, Señora mía odiada, cómo se pierde el viento
entre mis pestañas y cómo se me abren pozas verdes en las manos
y se pueden ver en ellas petroglifos de muerte?
¿Te das cuenta de que la tristeza de la despedida era antes de
                                                                                          la despedida
y que tengo ojos de no tener ojos y de que lo pierdo todo,
Señora mía perdida antes de ser perdida?
¿Ves, Señora mía de humo, Señora mía de viento,
Señora mía de ceniza, cómo sedas y vasos y piedras
de silencio y libros que no hubo y sonrisas mentidas
atraviesan el espléndido aire de este crepúsculo,
nos convocan a luto?
Porque muero a cada instante y mueres, Señora
!;mía de rápidos instantes también perdidos,
señalo alguna cosa en el fondo de tus ojos,
piedra quizás o rosa, y en el avance de las sombras
me pierdo en mí y te pierdo, y te declaro
mía, y un tiempo nuevo empieza.
¿Te das cuenta, Señora mía querida,
que un tiempo nuevo nos mata y que mi cuerpo entero
navegará en las turbias aguas de tu recuerdo?

De "Con pólvora y magnolias"

Este poema habla sobre la pena de amor que sufre el autor hacia su señora y nos muestra sinceramente sus sentimientos más profundos.





martes, 1 de marzo de 2011

Isla.

Estrecharé tu cintura ligera
con miedo de perder cosas de vidrio
Vacías estancias del crepúsculo
infiernan rojos rubis de espumas
y toda temblorosa fúlgida plata
me convoca la encarnada concha lisa
Esta isla de piedra sobre la lámina
del mar de Lapamán en quieto instante
detiene el color cesura de infinito
o absorta suspensión de tránsitos
Bocinas incendiadas de silencio
prorrumpen en estrépito callado
La ola no revienta está inmóvil
detenida en el proceso de cogerte
Monumento de sí mismo el sol se detiene
y su fulgor de fuego que llamea
se fija en brasa o moneda estática
Quedó quieta la gaviota la dorna absorta
Naufragó en mi verso tanto instante
Por qué he de rasgar este aire de mármoles
ceñiré tu talle y en un asombro
de carnes todo volverá a ser móvil.


De "El fin de un canto".


Este poema trata sobre el amor, aunque podemos interpretarlo como un poema referido al mar.